En promedio, una persona dedica entre el 80% y el 90% de su tiempo diario a comunicarse con otros (Research Gate). Así es como nos conectamos con los demás y construimos relaciones. A pesar de años de experiencia comunicándonos con los demás, todavía podemos luchar para encontrar una manera de sentirnos escuchados, arrepentirnos cuando hemos usado el dominio para expresar un punto o sentir frustración por no haber hablado. Hay una habilidad que puede ayudar con estos problemas: la asertividad.

Primero, es importante entender qué no es la asertividad. La asertividad no es garantía de que obtendrás lo que deseas o de que los demás te respetarán. La asertividad no se trata de hacer que los demás te escuchen o estén de acuerdo contigo. Asertividad no es ser pasivo ni ser agresivo.

Pasivo, Agresivo y Asertivo

Estas son tres categorías de estilos de comunicación a tener en cuenta. La pasividad se describe como no decir nada o estar de acuerdo con los demás para evitar la confrontación. El problema de la pasividad es que nos lleva a sentirnos frustrados y, a menudo, a volvernos agresivos. La agresividad se describe como dominar y aprovecharse de los demás. La agresividad destruye las relaciones y deja a las personas sintiéndose aisladas. 

La asertividad se describe como defender sus propios derechos, respetando esos mismos derechos con los demás. Es una comunicación directa y honesta que mejora a uno mismo y es expresiva. La asertividad fomenta relaciones honestas y respetuosas, permite que todos hablen y se sientan escuchados y es el estándar de comunicación que se espera en todos los entornos.

Derechos a hacer valer

Entendiendo que la asertividad se trata de la capacidad de defender sus derechos sin violar esos mismos derechos para los demás, ¿cuáles son esos derechos? Piense en esta lista como una declaración de derechos personales que todos tenemos. Todos tenemos derecho a decidir nuestros valores y opiniones, a no tener que justificar nuestras acciones o sentimientos ante los demás, a decir ‘no’ cuando sientes una petición que no puedes cumplir o con la que no estás de acuerdo. Todos tenemos derecho a tener relaciones positivas y felices y a decidir terminar una relación si no satisface nuestras necesidades. Todos tenemos derecho a no ser perfectos y a cometer errores. También tenemos derecho a decir ‘no sé’ si realmente no sabemos la respuesta. Todos tenemos estos derechos y muchos más. Estos derechos son fundamentales para nuestra felicidad y el éxito de nuestras relaciones. 

Asertividad en acción

¿Cómo se ve la asertividad en el mundo real? La asertividad incluye declaraciones como: “Tengo una opinión diferente sobre eso, creo…” o “Este tema es importante para mí, te pido que me escuches”. La asertividad implica confianza y la creencia de que defender sus derechos es lo correcto. A veces, otros desafiarán nuestra nueva asertividad. 

Confíe en su derecho a ser asertivo, sabiendo que se está comunicando de manera saludable para ayudarlo a usted y a los demás a sentirse respetados y felices. Si sus mejores esfuerzos no le ayudan a alcanzar sus objetivos de asertividad, considere hablar con un terapeuta 

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